Por Juan Pablo Ojeda
En un discurso cargado de promesas y declaraciones firmes, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha revelado un ambicioso plan para abordar la situación de los migrantes en el país. Durante la convención demócrata en Chicago, Harris aseguró que Estados Unidos puede encontrar una solución para regularizar a los más de 11 millones de migrantes indocumentados que viven en el país, al mismo tiempo que refuerza la seguridad en la frontera con México.
“Creo que podemos hacerle justicia a nuestra herencia como nación de migrantes y reformar nuestro sistema de migración roto”, dijo Harris, destacando la necesidad de un cambio integral en la política migratoria estadounidense. La vicepresidenta se comprometió a revivir un controvertido pacto migratorio que había sido acordado de manera bipartidista, el cual imponía importantes restricciones al sistema de asilo en el país.
Este pacto, que fue ampliamente criticado por grupos defensores de los derechos humanos y que no obtuvo el apoyo necesario para ser aprobado, no contemplaba un camino hacia la legalización para los migrantes ya presentes en el país. Harris, sin embargo, insistió en que bajo su presidencia, el proyecto de ley de seguridad fronteriza será una prioridad. “Me rehúso a participar en juegos políticos con nuestra seguridad y aquí tienen mi compromiso: como presidenta, traeré de vuelta el proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza”, afirmó.
El discurso de Harris marca un cambio en la retórica de los demócratas sobre la migración, contrastando con la campaña de 2020 del presidente Joe Biden, que se enfocó en restaurar el sistema de asilo y contrastar con las políticas del expresidente Donald Trump. Desde entonces, la administración Biden ha implementado restricciones similares a las incluidas en el pacto que Harris prometió revitalizar, limitando las posibilidades de asilo para quienes cruzan la frontera de manera irregular.
La presión del Partido Republicano y la posibilidad de una reñida elección en noviembre han llevado al gobierno demócrata a adoptar una postura más dura en temas migratorios. Las nuevas medidas, junto con una colaboración estrecha con México para controlar los flujos migratorios, han resultado en una disminución significativa de cruces irregulares en la frontera sur.
A nivel continental, más de 21 millones de personas están desplazadas, según datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), lo que subraya la magnitud de la crisis migratoria que enfrenta el continente. En medio de este panorama, la promesa de Harris refleja un intento de balancear la seguridad fronteriza con una solución a largo plazo para los migrantes ya establecidos en el país.
